En este ideario inédito de sentencias, Vargas Vila tiene por costumbre
anotar cuanto las cosas de la Vida dicen a su cerebro y a su corazón; normas y cánones de su Pensamiento ellas lo revelan, en la serena y sagrada desnudez de un dios; y, son momentos de alma que aspiran a perpetuarse; el ritmo armonioso del Verbo les da Vida; ¿dónde y cuándo nacieron esos hijos de su Pensamiento?... Su vida de largos peregrinajes y perpetuas inquietudes, ellas tuvieron patrias bien distintas, y fueron varios los cielos que los miraron nacer; ahora en el crepúsculo vespertino de su vida, cuando está ya cercana la tiniebla infinita que ha de envolverle, es necesario que vuelva sus ojos, hacia la aurora lejana y, el mediodía caliginoso en que fueron escritos muchas de esas sentencias, para decir su génesis. |
viernes, 2 de diciembre de 2016
De los viñedos de la eternidad jose maria vargas vila
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