Shaul, príncipe herodiano de origen idumeo, nieto de Herodes el
Grande por parte de su madre Cypros II, participó en la conjura de Pisón
contra Nerón, con su amigo Séneca y el procónsul Galba, que fue él
quien ordenó el incendio de Roma, y que autores mucho más tardíos lo
sustituyeron por el personaje íntegramente imaginario de Simón el Mago, a
fin de borrar todo rastro de las despiadadas luchas que le enfrentaron a
Simón (san Pedro). Robert Ambelain, aunque defensor de la historicidad de un Jesús de carne y hueso, amplia en estas líneas la descripción que hace en anteriores entregas de esta trilogía ( Jesús o El Secreto Mortal de los Templarios y Los Secretos del Gólgota) de un Jesús para nada acorde con la descripción oficial de la iglesia sino a uno rebelde: un zelote con aspiraciones a monarca que fue mitificado e inventado, tal y como se conoce actualmente, por Paulo, quién, según Ambelain, desconocía las leyes judaicas y dicha religión, y quien además usó todos los arquetipos de las religiones que sí conocía y en las que alguna vez creyó (las griegas, romanas y persas) arropándose en los conocimientos sobre judaísmo de personas como Filón para crear a ese personaje. Este extrajo de cada religión aquello que atraería a las masas para así poder centralizar su nueva religión en sí mismo como cabeza visible de una jerarquía eclesiástica totalmente nueva que no hacía frente directo al imperio pero si a quienes oprimían al pueblo valiéndose de la posición que les había concedido dicho imperio (el consejo judío). Opinión: aunque Ambelain presupone la existencia de un Jesús histórico basándose en la credibilidad de los textos bíblicos en base a los textos neotestamentarios y a los testimonios de dichos autores, si ofrece muchos datos históricos que gozan de mayor respaldo. Muy recomendables son estos datos y las fuentes a las que hace mención, además de coherentes sus razonamientos con respecto al contexto del que habla. Ambelain ofrece un perfil exacto de la personalidad y aspiraciones de Shaulo, además de los conocimientos de los que este pudo valerse para crear el mito de Jesucristo. |
domingo, 27 de noviembre de 2016
El hombre que creó a jesucristo robert ambelain
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