viernes, 25 de noviembre de 2016

Ciencia y religión - Ruy Pérez Tamayo

En México, como en el resto de los países de América Latina, el medio académico y cultural más elevado es la universidad y en ella la comunicación entre científicos y humanistas es inexistente, cada uno reitera sus opciones inexpugnables y con ello rechaza el deseo espontáneo de contemplar el mundo a través de los ojos del otro. Lo anterior demuestra que hemos perdido la pretensión de poseer una cultura común, las personas educadas con la mayor especialización ya no pueden comunicarse unas con otras en el plano de sus principales intereses intelectuales. Esto es grave para nuestra vida creativa, intelectual y especialmente moral. La falta de comunicación nos está llevando a interpretar mal el pasado, a equivocar el presente y a descartar nuestras esperanzas en el futuro de nuestros países: “... mi postulado –afirma- será que la ciencia es una actividad humanista por excelencia que en la medida en que este postulado se acepte tanto la ciencia como las humanidades se enriquecerán, y en la medida en que se rechacen... Todas se empobrecerán

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