sábado, 18 de febrero de 2017

Reflexiones-Para-la-Vidal Ruse

Hubo una vez un Maestro espiritual que tenía cientos de seguidores y
discípulos. El Maestro daba a menudo conferencias en diferentes lugares –
iglesias, sinagogas, templos, escuela y universidades. En todo lugar donde
era invitado y en todo lugar donde sus discípulos hacían los preparativos, él
ofrecía charlas. Dio charlas para niños y para adultos. Dio charlas para
universitarios y para amas de casa. Algunas veces, dio charlas ante letrados
y buscadores avanzados.
Esto fue sucediendo aproximadamente durante veinte años. Finalmente llegó
el momento en que el Maestro decidió terminar con sus conferencias. Les
dijo a sus discípulos: “¡Ya es suficiente! He estado haciendo esto durante
muchos años. Ahora ya no daré más charlas. Únicamente silencio.
Mantendré silencio”.

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