Hubo una vez un Maestro espiritual que tenía cientos de seguidores y discípulos. El Maestro daba a menudo conferencias en diferentes lugares – iglesias, sinagogas, templos, escuela y universidades. En todo lugar donde era invitado y en todo lugar donde sus discípulos hacían los preparativos, él ofrecía charlas. Dio charlas para niños y para adultos. Dio charlas para universitarios y para amas de casa. Algunas veces, dio charlas ante letrados y buscadores avanzados. Esto fue sucediendo aproximadamente durante veinte años. Finalmente llegó el momento en que el Maestro decidió terminar con sus conferencias. Les dijo a sus discípulos: “¡Ya es suficiente! He estado haciendo esto durante muchos años. Ahora ya no daré más charlas. Únicamente silencio. Mantendré silencio”. |
sábado, 18 de febrero de 2017
Reflexiones-Para-la-Vidal Ruse
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