El desarrollo histórico de los anarquistas en la región chilena, desde
que llegaron sus ideas a fines del siglo XIX, hasta 1990, cuando el
retorno a la democracia acompañó también su primer resurgir, involucró
múltiples impulsos que desmienten con creces los prejuicios que la
sociedad se ha generado respecto a ellos y ellas. Antes que adoradores
del caos, se nos presentan como un inasible conjunto de experiencias
–culturales, económicas y políticas- que reclamaron la autonomía del
individuo frente a toda autoridad. Reivindicando la independencia
respecto al Estado y el capital, y en la búsqueda de un destino
comunista anárquico, se resolvieron a crear grupos de propaganda y
sindicatos urbanos y campesinos, ateneos, bibliotecas, policlínicas y
consultas naturistas, círculos esperantistas, grupos de teatro,
estudiantinas y escuelas libres, periódicos y editoriales, comités pro
presos, clubes de fútbol y ligas de arrendatarios. Esos diversos nodos y
las acciones generadas desde allí, son presentados hoy en un trabajo
que abarca temporalmente cien años y entiende que la contradicción y el
conflicto interno son inherentes a este ideario. Fue así como supieron
posicionarse en los movimientos sociales chilenos, provocando a miles de
mujeres y hombres a mantenerse al margen del Estado y de los partidos
políticos, y a forjarse por su cuenta, un propio y libre porvenir. El
libro se divide en tres partes. La primera “Un hilo negro en la historia
de Chile” es un relato que intenta conectar a los antiautoritarios con
el pasado nacional. “De los Oficios y las ideas” se denomina la segunda
parte y se enfoca en la vinculación del anarquismo con el movimiento
obrero chileno a través del anarcosindicalismo. Se estudian allí los
oficios en donde fueron determinantes: portuarios, tipógrafos,
zapateros, obreros de la construcción y panaderos. Por último, en “El
árbol de la anarquía” se hace un viaje por algunas de las diversas
manifestaciones de este ideario en los terrenos de la literatura, la
salud, la vivienda, el teatro, el antifascismo, el deporte, el universo
campesino y las discusiones en torno a la unidad entre los propios
anarquistas. |